jueves, 17 de marzo de 2011

PALABRAS DE NATALIO MARENGO PALACIOS

      



ESTANCIA LA ARMONIA (30/10/08)

Aunque está fuera de los límites del partido de Gral. Pueyrredón, en realidad está en Cobo, partido de Mar Chiquita, el edificio central de la que fuera la estancia “La Armonía” merece considerarse entre los edificios más importantes de la zona.

La estancia La Armonía fue adquirida en 1861 (trece años antes de la fundación de Mar del Plata) por Manuel José Cobo, que también poseía otros campos en Balcarce; “El Palomar” en Lobería y “La Perseverancia” en Segurola.

Pero La Armonía fue la más importante de sus propiedades y allí pasaban Don Manuel y su familia los veranos, cuando aun no había ferrocarril, viajando en la volanta de su propiedad.

A su muerte la estancia quedó en manos de su viuda, Clara Ocampo de Cobo y posteriormente, los campos se dividieron entre sus hijos, quedando en posesión de su casco antiguo, donde estaba la primitiva “casa de azotea” Don Héctor Cobo.

En el año 1893 llegó a La Armonía Adolfo R. Zelaya, quién sería por mucho tiempo el administrador de la estancia y el encargado de realizar las tareas que le encomendara Héctor Cobo, quién era un admirador de la campiña francesa y tomó de ella el modelo de las construcciones que se realizarían en La Armonía.

La magnifica residencia principal, de estilo normando, fue construida sobre la primitiva casa de azotea, en 1904. La portería es reproducción de las antiguas villas francesas construidas con el sistema pain-de-bois; y el edificio de la carpintería es una copia exacta de las lecherías del Boix de París. Todas estas construcciones fueron inspiradas en planos y fotografías traídas por Héctor Cobo de Francia.

La casa principal recibió muchos visitantes ilustres, entre ellos Bartolomé Mitre, el general Roca, Carlos Pellegrini, Marcelo T. De Alvear, el Príncipe de Gales, el Infante Don Fernando de Baviera, etc.

En 1925 falleció en París Don Héctor Cobo, su esposa Josefina Unzué de Cobo, prosiguió con el embellecimiento de la estancia que así se mantuvo hasta su muerte, ocurrida en 1960.

Finalmente la estancia fue fraccionada, pero la casa principal y su parque fueron dados a la Junta Ejecutiva de la Fundación Cultural Católica y allí se realizan diversas actividades y sobre todo se mantiene aun en buenas condiciones ese hermoso edificio histórico.

Guillermo Zelaya, nieto de Adolfo el que fuera administrador de La Armonía por muchos años, escribió unos versos dedicados a su abuelo, en una parte de ellos dice:


“Donde hubo braza ahora hay fuego
Fogón de aquella Armonía
Donde todavía vivían
Adolfo Zelaya y Cobo”



Extraído del libro “Guía de otra Mar del Plata”
de Natalio Marengo Palacios - 2007







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